Abandonado en la arena del tiempo,
una mano temblorosa, atraviesa con dificultad el lodo,
que nunca encuentra lo que busca.
Escucha mi voz, llamándote.
El aire convertido en mar,
ahogándome en un muro invisible,
mientras los peces vuelan por encima de mi cabeza,
soy un intrépido.
Respiro de nuevo, soy un pasajero.
Caminos de una sola dirección
supongo que no debo de estar aquí.
Recuerdo una historia con inquietud.
El invierno desaparece dejando un dulce aroma.
Quédate conmigo, porque finalmente, soy libre.
No hay ninguna escapatoria y sigo hambriento.
Soy un pasajero que continúa abandonado.
martes, 21 de agosto de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
Publicar un comentario